29.1.09

Desea con cautela

Resulta que a veces, cuando las cosas parecen perfectas, encuentras más dificultades que nunca.
Te parecía que podían ser perfectas antes de tenerlas, pero los deseos son como el fuego.
Y no hace falta explicar la similitud, porque el fuego quema y a todos nos ha atraído en algún momento.
Todos llevamos un pirómano pequeñito dentro.
Hay quien lo deja salir, pero eso ya es otra historia.
Entonces resulta que tienes todo lo que querías, y te angustias más que nunca, pensando que te equivocaste al desear tanto, algo que realmente no te hace sentir bien.
Has perdido el tiempo.
Podías haber estado deseando mil millones de cosas diferentes.
Pero no, tú deseaste lo que tienes ahora.
Y ahora, ¿qué?
A-migo.
Pues ahora a joderse. Hablando rápido y claro.
No se puede jugar con los deseos. Sobre todo si implican deseos ajenos.
Pero siempre te queda pensar que no hubieras podido hacer nada, porque nadie sabe lo que nos depara el destino, por eso nadie puede cambiarlo.
Y nada más.
Esto pasará.
Volverás a desear cosas que parecen imposibles, pero que no lo son.
Y volverás a maldecir el momento en que las deseaste porque no era lo que querías.
Volverá a pasar.
¿La solución?
Tira para delante sin pretender tener los poderes de Rappel.
Siempre puedes probar a comprarte unas gafas como las suyas, pero creo que no resultará.
Sin más.
Suerte con lo que deseas.

27.1.09

No saber.

Tiemblan mis manos.
No saben hacia donde ir.
Cambian de rumbo cuando se disponen a escribir algo comprometido.
Y casi siempre es asi.

Últimamente tengo miedo.
De todo.
De nada.
De que no sé.

Y no sé nada.

Nada.