Cuando vuelve.

Cuando vuelves a ver a alguien.

Después de un tiempo.
No importa cuanto.

La sensación.

Esa que me llena las pupilas de líquido.
Esa que me hace pensar que todo es mentira,
que aún no es el momento de abrazarlo.

Y después, después me doy cuenta
de que es verdad.

Que lo tengo al lado.
Que lo puedo tocar.

Pero no me atrevo.


Nuria.

Es así como me siento.

Es un grito enjaulado que pide libertad.
Es la cara de un niño después de haber llorado.
Es el mar tras una tormenta.
Es mi vida hecha pedazos.
Es la tierra levantada tras un terremoto.
Es mi orgullo sin un lugar donde esconderse.
Es cólera en las venas.
Es sangre derramada.
Es lámpara de aceite.
Es pena.
Es tormento.
Es roer la fría noche.
Es calmar la sed con fuego.
Es sentarse en el abismo.
Es pensar oliendo el miedo.
Es terror, desesperanza.
Es mil lágrimas hiladas.
Es final de una comedia.
Es principio de un destierro.
Es camino a ningún sitio.
Es castigo al inocente.
Es el no te lo he traído.
Es el mientes más que hablas.
Es el quiero, pero no.
Es un niño sin sonrisa.
Es la fiesta del dolor.
Es te quiero si te callas.
Es si vienes, me voy yo.

Nuria.

Entre mi cordura y la locura.

Pienso.
Muchas veces, no sólo ahora. No sólo hoy.

Y casi siempre acabo volviendome loca de desesperación, porque no se hacia donde voy.
No sé si los pasos que doy son los adecuados.

Sé que sería incapaz de hacer nada que mi conciencia o mi corazón no permitieran, pero aún así, me siento insegura.

Me siento más frágil que nunca.
Me siento aire.
Me siento frío clavándose en la espalda.
Me siento decepción.
Me siento irritación.
Me siento compasión.
Hasta que no me siento.
Entonces las lágrimas cesan y descanso.

Pero no es el descanso eterno.


Nuria.

···

Respira.
.
Respira para sentirte vivo.
.
Una vez más.
...
No lo sientes.
.
Necesito que lo sientas.
...
Es importante.
.
Hablame.
.

Te Quiero

No sabes que te quiero.
Porque cada vez que te lo digo suena a palabras perdidas.
Entre el viento y la niebla.
Pero te quiero.
Y sigue sonando a silencio.
Hasta que te tenga aquí.
Cerca.
Entonces sabrás el lugar que ocupas en mi corazón.
Sabrás realmente lo que siento.
Y no dejaré de repetírtelo.
Para que no lo olvides.
Te quiero.

Si tu.

Si tu flipas.
Yo flipo más.

Si tu lloras.
Yo lloro más.

Si tu finges.
Yo finjo más.

Si tu ganas.
Yo gano más.

Si tu sueñas.
Yo sueño más.

Si tu me quieres.
Si tu me quieres,
yo me quiero más.



*

NOTA: No tomarse al pie de la letra lo que escribo, porque la mayoría de las cosas no tienen ni siquiera, nada que ver con lo que me pasa.

*

Nuria.

Conversación privada

-Mierda.
-¿Crees que a mi me apetece hacer todo esto?, ¿piensas que no estaría mejor pensando en otra persona y no en ti?, ¿sabes que tengo algo de verdad que se llama amor, y no va contigo?
-Mierda, porque tengo una mancha en el pantalón. Pero gracias por la declaración de intenciones.

Silencio.

-No dependo de ti, ¿sabes?
-Ya.
-En serio, cuando yo quiera, me despediré de ti y no te volveré a ver. Porque para mi no eres nada. No vales nada. No te quiero.
-Yo tampoco.
-¿Cómo que no me quieres? Tu sí que me quieres. Me lo has dicho miles de veces.
-Pero porque tu me lo decías a mi.
-Entonces no sientes nada por mi.
-No, no te quiero, pero me encanta follar contigo. Eso se llama atracción física, cielo.

Silencio.

-Sé que estoy buena.
-No, no estás buena. Eres follable. Y qué más puedo pedir si con dos palabras de mierda te tengo mirando pa' Cuenca.
-Se acabó.
-¿El qué?

Silencio.
Miradas inquisitivas.

-Demasiado hablar, vamos a follar.
-Amén.





Uuuuuuuuuhú!
*

Me descoloca

Ideas para un corto... y esas cosas.
Deberíamos hacerlo.
Es más, deberíamos buscar una cámara antes...





Cuando me despierto y miro a mi alrededor, sólo espero encontrarte a ti.

A veces no te encuentro, y eso me descoloca.
Pero es que a veces te encuentro, y eso me descoloca todavía más.

Cambio de rumbo cada vez que tropiezo de frente con tus malas contestaciones.
Decido cambiar mi camino, por no seguir la senda de curvas peligrosas.
Porque pienso que me sale más rentable, soportar unos simples baches.
A veces. No siempre.

Porque a veces, después de las curvas peligrosas llega una calma impenetrable de besos y caricias. Y sueño mil veces con esos momentos.

Y te echo de menos cuando no estás, y cuando estás no te tengo.

Sufro por tener tan poco aire entre tus labios y los mios.
Y me ahogo en el silencio que me gritas.

Y me pongo irónica, simpática, borde, obscena, cariñosa, fina, maleducada, correcta, pesada...
Porque no me miras.
A veces.

Y necesito saber que estás.
Que no te has ido.
Cada dos segundos.
No.
Mejor cada uno.



Nuria.

El Retorno, 2ª Parte...

Por qué 2ª parte, por qué retorno...

Pues porque he estado cuatro días en Madrid. Pero he regresado.
Con tiempos verbales compuestos en la punta de la lengua.

Toma.

No he tenido mucho tiempo para escribir, pero he tenido alguna que otra inspiración.
Empezando por las letras de Walden Uno ( http://waldenuno.blogspot.com/ ) y siguiendo por sensaciones nuevas que no sabia que existian, y que han decidido sorprenderme tan lejos de mi paraíso.

Supongo que me pondré a escribir en breve...


Mientras... Alguna reflexión de las 5 de la mañana... escrita NO hace mucho...

No me lo tengais en cuenta, por favor... Es una ida de olla tremenda...






El sexo.
Todo lleva al sexo.
Quieras o no, siempre te puedes ver metido en el tema sin quererlo.


He hablado tantas y tantas veces antes de saber nada...

Entre saber y no saber, me he dado cuenta realmente, de que hay formas y formas de utilizar el sexo...

Para tantas personas, una pared que divide sus fobias de sus deseos...

Ese algo que acompaña al amor, al cariño, al respeto...

La mejor forma de diversión, de perversión, de obsesión...


Lo que no he llegado a entender es que haya personas que utilizan el sexo como escudo a sus temores y complejos.

A veces les funciona.

A todo el mundo le gusta sentirse deseado.


Pero ¿dónde queda la frontera entre el uso aceptable de este maravilloso ejercicio de procreación, y el abuso y dependencia del mismo?

(Risa mental)

Me pregunto si sabría distinguirlo, en el caso de que tuviera la obligación de sentirme deseada sexualmente, para sentirme bien conmigo misma.

No creo que sea fácil distinguir la diferencia entre una cosa y otra.

Quizás una lleve a otra.
Quizás no haya diferencia.
Quizás es sólo una necesidad básica.
Quizás todos necesitemos de él para sentirnos bien.
Quizás.

Es posible.

Bah!

Es sólo sexo.


Bueno, no, es Sexo.


Nuria.

Refranes sin sentido

Dicen que tras la tempestad llega la calma.

Empezó a granizar, sin más aviso que el estruendo que hicieron las primeras piedras de hielo contra los parabrisas de los coches.

Había quedado en subir, pero aquel sonido, aquella imagen que hacía borroso todo lo demás, me dejó ensimismada, sin mirar a ningún punto en concreto.

No estoy completamente segura del tiempo que pasó. Pero mi mente empezó a funcionar a una velocidad alucinante. Pasaron mil imágenes, mil recuerdos atronadores, por delante de mis ojos. Y no veía más que hielo caer.

Frío caer.


Shhhh...


Silencio.

Desperté con aquel ruido de ningún sonido.

Miré al rededor, y la calle estaba totalmente cubierta por un manto blanco y resbaladizo que se derretiría en pocos minutos.

Traté de guardar esa imagen en mi memoria.


Shhhh...


Demasiado silencio.


Escalofrío.
Luz cegadora.
Estruendo desgarrador.


Y vuelta el hielo a caer del cielo.


Siempre volverá a haber tempestad... y entonces, calma...

tempestad, calma,

tempestad,calma

tempestad calma

tempestadcalma

tempestad

...


Sin descanso.

Yo seguiré pensando entre calma y calma.
Porque lo que viene tras ella, es más previsible que lo que mi mente pueda imaginar.


Nuria.

La vie en rose

El rosa nunca me gustó.

Mi madre quería un niño. Un Manuel pequeño y regordete. Con pies grandes y pelo rizo.
Pero la vida te da muchas patadas, y yo le di una enorme.

Vaqueros rotos, pañuelos americanos, playeros, camisas, chupa de cuero… Y azul, verde, rojo… nunca, jamás, rosa.

La costumbre puede ser que me pudiera… Y no soporto ese color.

Tómatelo como quieras.

Cuentos para mayores...

Como el viento a mi ventana aquel día de otoño.
La noticia me hizo daño.

Y hacía tanto que nada me hacía daño, que me sentí viva otra vez.
Después de tanto tiempo.

Pensé que a lo mejor con un poco de paciencia, podría volver a ser feliz, aún con las cicatrices que tus uñas dejaron en mi espalda. Aún con el recuerdo vivo y la paciencia de tenerte, agotada.

"Me voy."

Y ya está. No hay nada más que decir. Ni puedes hacer nada para que cambie de opinión, ni voy a cambiar. Porque no quiero. Porque no te quiero.

"Pues lárgate."

El silencio, mi banda sonora.

Y entonces, a lo lejos, un sonido familiar me hizo sonreir. Aunque se inundaran mis mejillas con el sabor salado de lágrimas sin sentido. Algo me hizo sonreir.

"¿Con qué ley condenarte
si somos juez y parte
todos de tus andanzas?"

Y la sonrisa se volvió carcajada. Y cerré los ojos, me dejé caer en la cama y respiré.

Viva, como ya dije. Después de tanto tiempo.

La voz rota de Joaquín, la música y mis pensamientos se fundieron.

Y empecé una nueva historia. Real esta vez. No un cuento con dragones y princesas vestidas de rosa. Porque siempre he odiado el rosa.



Nuria.