Como el viento a mi ventana aquel día de otoño.
La noticia me hizo daño.
Y hacía tanto que nada me hacía daño, que me sentí viva otra vez.
Después de tanto tiempo.
Pensé que a lo mejor con un poco de paciencia, podría volver a ser feliz, aún con las cicatrices que tus uñas dejaron en mi espalda. Aún con el recuerdo vivo y la paciencia de tenerte, agotada.
"Me voy."
Y ya está. No hay nada más que decir. Ni puedes hacer nada para que cambie de opinión, ni voy a cambiar. Porque no quiero. Porque no te quiero.
"Pues lárgate."
El silencio, mi banda sonora.
Y entonces, a lo lejos, un sonido familiar me hizo sonreir. Aunque se inundaran mis mejillas con el sabor salado de lágrimas sin sentido. Algo me hizo sonreir.
"¿Con qué ley condenarte
si somos juez y parte
todos de tus andanzas?"
Y la sonrisa se volvió carcajada. Y cerré los ojos, me dejé caer en la cama y respiré.
Viva, como ya dije. Después de tanto tiempo.
La voz rota de Joaquín, la música y mis pensamientos se fundieron.
Y empecé una nueva historia. Real esta vez. No un cuento con dragones y princesas vestidas de rosa. Porque siempre he odiado el rosa.
Nuria.
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tes algo que dicir... seino...